Especiales
theMentes 7:
The
Mentes se meten juntos en un local 10 años después...
y hasta suenan y todo
(Por Manolo)
Diez años sin tocar juntos,
aparición de página web... era necesario que The Mentes
volvieran a las andanzas, aunque fuera de manera puntual. Ha sido demasiado
tiempo sin dar señales de vida musical. Después de este
largo periodo de silencio, nos hemos vuelto a reunir para tocar todos
juntos. Bueno, todos, todos, no. Falta uno. Duque.

>>Manolo repasa el método del ritmo
El motivo de este retorno
es la boda de nuestro guitarrista, que nos ha pedido que toquemos, sin
él, el día en que celebrará el evento en una prestigiosa
sala madrileña. Seremos todos los que están, pero no estaremos
(en el escenario) todos los que somos. En cualquier caso, un buen motivo
para reunirnos y ver qué ha pasado con The Mentes en este tiempo.
Esto no es la resurrección del grupo, simplemente, quitarle un
poco el polvo al mito.

>> Javi, como siempre, abrigado.
Y, la verdad, no han variado tanto
las cosas; eso lo digo yo desde mi puesto de observador privilegiado,
detrás de la batería. Pepe sigue gozando a saco. Como
un bisonte por las praderas de Arizona. No hay nada que le mole más
que “estar en un grupo” y si somos nosotros, mejor. David,
tan meticuloso como siempre. Apuntándolo todo y poniendo pocos
problemas. ¡Y volviendo con las canciones estudiadas!. Un prodigio
de disciplina. Javi, tiene una pose académica pero también
está muy por la labor. Se ha autoconcedido un cierto rol de director,
quizá porque rellena así el vacío de Duque.

>> David, con cara de haber hecho los
deberes
Y yo, desde ahí atrás,
veo todo e intento cargar sobre mis hombros toda la música. Es
una metáfora, claro, pero el caso es que seis años después
de tocar por última vez, (cuando lo dejé con Popnautas),
me he sentido algo mejor de lo que esperaba al sentarme de nuevo con
las baquetas enfrente de la batera. Sin grandes alardes, pero Javi ha
reconocido por primera vez en su vida que “hasta se escucha el
bombo”.

>> Pepe, difuso.
Algunos avances sí ha habido.
David ha enchufado ritmos pregrabados y Pepe figura, claro, como guitarra
solista. Nos estamos metiendo unas sesiones de cuatro horas y no se
nos hacen demasiado largas. Lo pasamos bien, no hay discusiones, echamos
risas y a veces, flota la sensación de que llevamos tocando toda
la vida. Cosa que es cierta, por otra parte.
En fin, no sonamos mal del todo.
Depende mucho del día, claro. Sin ir más lejos, al penúltimo
ensayo llegué a tocar después de haberme metido 600 kmts
al volante la noche anterior y estaba cansadísimo, cosa que se
notó. Es una cuestión de feeling, pero la cosa no tiene
mala pinta del todo.
Lo malo es que terminamos muy tarde y no hay tiempo de irnos de cañas
luego. Bueno, Pepe y yo sí lo hemos hecho dos o tres veces. Hay
un bareto cerca del local en el que ponen unas tapas de morcilla, queso,
calamares y una especie de paté que hacen ellos que se sale por
todos lados. Luego, después de ocho cañas cada uno y varias
tapas, llegamos taja perdidos a casa, claro.
Por cierto, tocamos en los locales Rock Palace, por Delicias. No están
del todo mal y además, van equipados con batería. Los
encargados son bastante majos y el personal que hay por ahí es
el típico que pulula por estos antros. Sigue habiendo cierto
predominio de gente con look heavy, algo que pensaba que estaba en extinción.
En este sentido han cambiado poco las cosas, aunque al menos, no nos
hemos encontrado a indeseables como los que “iban de estrella”
en nuestros buenos tiempos del local Ur, en el castizo y señorial
barrio de Fuencarral. Muchos saben a quiénes me refiero.
Continuará.
Más detalles y fotos en el
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